"Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz"
¡FELIZ NAVIDAD!
Líneas sueltas
Este es un espacio donde doy rienda suelta a mis pensamientos acerca de cualquier cosa. Este blog no tiene un tema particular, más bien es como una plasmación de las ideas que rondan muchas veces por mi cabeza y que luego son olvidadas por no haber sido convenientemente guardadas. De algún modo, este blog es un vistazo a un rincón de mi mente.
sábado, 25 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
Wikileaks y la privacidad en la red
Confieso que no he seguido muy de cerca todo el asunto de Wikileaks. Sobre la privacidad en la red tenía (y tengo) una opinión particular: si una persona o institución tiene derecho a la privacidad "in real life", también debe tener derecho a la privacidad en línea. Y cuando digo privacidad, no me refiero a los datos que muchos de nosotros alegremente hacemos públicos sin pensar en las consecuencias, sino a los datos que justamente no queremos hacer públicos.
Por supuesto, muchos preguntarán "¿No es una contradicción poner algo en Internet que no quieres que sea público?". Y la respuesta es que en realidad no, no es una contradicción. Muchas veces olvidamos que Internet no es sólo la web. Por poner un ejemplo, cada vez que mandamos un correo electrónico estamos "poniéndolo en Internet". Si afirmamos que todo lo que está en Internet debe ser completamente público, implícitamente estamos diciendo que cualquiera puede leer nuestros correos electrónicos sin restricción alguna. Dudo muchísimo que exista alguien que piense así.
Por supuesto, muchos preguntarán "¿No es una contradicción poner algo en Internet que no quieres que sea público?". Y la respuesta es que en realidad no, no es una contradicción. Muchas veces olvidamos que Internet no es sólo la web. Por poner un ejemplo, cada vez que mandamos un correo electrónico estamos "poniéndolo en Internet". Si afirmamos que todo lo que está en Internet debe ser completamente público, implícitamente estamos diciendo que cualquiera puede leer nuestros correos electrónicos sin restricción alguna. Dudo muchísimo que exista alguien que piense así.
jueves, 5 de agosto de 2010
Historia sobre pilas recargables
La desintegración de la Memoria, de Salvador Dalí |
Luego de una mañana un poco agitada, salí a almorzar a Larcomar, básicamente porque es lo que más cerca me quedaba y ya era un poco tarde. Entrando, me doy cuenta que hace tiempo que quería comprar pilas recargables para no estar gastando en pilas comunes que se acaban en un par de días. Así que decidí entrar un rato a Radio Shack.
Mientras voy mirando los distintos "gadgets" tecnológicos, un joven me pregunta muy amablemente si me puede ayudar en algo. Le respondo que sí, que estoy buscando pilas recargables, junto con su respectivo cargador. Me muestra distintos modelos, uno que carga las pilas en 16 horas, uno que las carga en 2 y uno que las carga en apenas 15 minutos. Como podrán imaginar, el precio era inversamente proporcional al tiempo de carga: mientras menor tiempo, más caro. El modelo de 15 minutos me parecía muy vistoso, y además venía con ocho pilas en lugar de cuatro. Aún así, pienso que es muy caro para lo que necesito y me decido por el de cuatro pilas y 2 horas de carga. Pago, me entregan el paquete, salgo, todo muy bien. Me dirijo al patio a almorzar.
martes, 3 de agosto de 2010
Lie to me*
(Hace más de un año que no escribo... bueno, no importa. Los blogs, a diferencia de los diarios, no se suelen perder)
No veo mucha televisión. En realidad últimamente no veo prácticamente nada de televisión. Sin embargo, tengo la costumbre de seguir algunas series en DVD. La ventaja es no tener que estar esclavizado a un horario determinado para ver un programa que te interese. La desventaja... en realidad, salvo el precio de los DVDs (si es que no te los descargas, claro), no hay desventaja. Entre varias series que he seguido y que me han gustado (Lost), algunas que continúo siguiendo (House), algunas que me decepcionaron luego de la primera temporada (Héroes), algunas que no he podido seguir porque el nivel de tensión de la serie hacía que fuera más una tortura que un entretenimiento (24) y algunas antiguas de mis tiempos "pre-DVD" de las que guardo muy grato recuerdo (Viaje a las Estrellas: La nueva generación, X-Files) una de las últimas que me ha enganchado es la que le da el título a este post: Lie to me* (sí, el asterisco es parte del título)
El concepto es simple: se trata de un grupo (el grupo Ligthman) que se especializa en detectar los sentimientos de las personas mediante la observación del lenguaje corporal, bajo la premisa de que nuestros gestos involuntarios y expresiones sutiles ("microexpresiones") pueden ser "leídas" para saber cuáles son las emociones que ocultamos y si estamos o no diciendo la verdad. El personaje principal, el Dr. Cal Lightman, es un psicólogo especializado en este campo, y dirige el grupo que lleva su nombre. Agencias gubernamentales, policiales, empresas e incluso individuos pueden contratar sus servicios en caso de que tengan dificultades con algún caso y necesiten conocer la verdad.
Por supuesto, la serie no escapa de los clichés, los cuales son fácilmente reconocibles. Está el Dr. Lightman, el experto quien puede con precisión milimétrica decir cuándo alguien miente sólo verlo unos segundos, lo cual lo vuelve aparentemente frio, cínico y pragmático; la Dra. Foster, socia de Lightman, igualmente experta en este campo pero con una personalidad y una visión de las cosas mucho más cálidas; Ria Torres, una joven guardia de seguridad de un aeropuerto que es contratada por el Dr. Lightman gracias a que posee la facultad innata de "leer" las expresiones de los demás sin haber recibido entrenamiento ni educación formal; y Eli Locker, un joven empleado del grupo Lightman que ayuda en el análisis de muchos casos, con una casi nula vida social y una dedicación casi fanática por el trabajo. Los "paradigmas" de los personajes están claros: el experto distante, la psicóloga empática, la novata talentosa y el "nerd". Aún así, los capítulos están bien estructurados y logran mantener tu interés.
Por supuesto, nadie en la realidad puede llegar a tener la precisión de los protagonistas para convertirse en detectores de mentiras humanos infalibles (es una serie, después de todo), pero es interesante que muchos de los conceptos que se ven ("microexpresiones" que revelan emociones ocultas, gestos inconscientes que hacemos cuando mentimos, etc.) tienen una base científica real, y muchos están basados en las investigaciones del Dr. Paul Ekman, psicólogo en quien los creadores se basaron para crear al personaje del Dr. Ligthman, quien tambien sirve como consultor científico de la serie
Una serie muy interesante, la habilidad casi preternatural de Lightman es una que muchos quisiéramos tener. Aun así, cabe preguntarse: ¿cómo interactuaríamos con las demás personas sabiendo indefectiblemente cuándo nos estan mintiendo u ocultando algo?
No veo mucha televisión. En realidad últimamente no veo prácticamente nada de televisión. Sin embargo, tengo la costumbre de seguir algunas series en DVD. La ventaja es no tener que estar esclavizado a un horario determinado para ver un programa que te interese. La desventaja... en realidad, salvo el precio de los DVDs (si es que no te los descargas, claro), no hay desventaja. Entre varias series que he seguido y que me han gustado (Lost), algunas que continúo siguiendo (House), algunas que me decepcionaron luego de la primera temporada (Héroes), algunas que no he podido seguir porque el nivel de tensión de la serie hacía que fuera más una tortura que un entretenimiento (24) y algunas antiguas de mis tiempos "pre-DVD" de las que guardo muy grato recuerdo (Viaje a las Estrellas: La nueva generación, X-Files) una de las últimas que me ha enganchado es la que le da el título a este post: Lie to me* (sí, el asterisco es parte del título)
El concepto es simple: se trata de un grupo (el grupo Ligthman) que se especializa en detectar los sentimientos de las personas mediante la observación del lenguaje corporal, bajo la premisa de que nuestros gestos involuntarios y expresiones sutiles ("microexpresiones") pueden ser "leídas" para saber cuáles son las emociones que ocultamos y si estamos o no diciendo la verdad. El personaje principal, el Dr. Cal Lightman, es un psicólogo especializado en este campo, y dirige el grupo que lleva su nombre. Agencias gubernamentales, policiales, empresas e incluso individuos pueden contratar sus servicios en caso de que tengan dificultades con algún caso y necesiten conocer la verdad.
Por supuesto, la serie no escapa de los clichés, los cuales son fácilmente reconocibles. Está el Dr. Lightman, el experto quien puede con precisión milimétrica decir cuándo alguien miente sólo verlo unos segundos, lo cual lo vuelve aparentemente frio, cínico y pragmático; la Dra. Foster, socia de Lightman, igualmente experta en este campo pero con una personalidad y una visión de las cosas mucho más cálidas; Ria Torres, una joven guardia de seguridad de un aeropuerto que es contratada por el Dr. Lightman gracias a que posee la facultad innata de "leer" las expresiones de los demás sin haber recibido entrenamiento ni educación formal; y Eli Locker, un joven empleado del grupo Lightman que ayuda en el análisis de muchos casos, con una casi nula vida social y una dedicación casi fanática por el trabajo. Los "paradigmas" de los personajes están claros: el experto distante, la psicóloga empática, la novata talentosa y el "nerd". Aún así, los capítulos están bien estructurados y logran mantener tu interés.
Por supuesto, nadie en la realidad puede llegar a tener la precisión de los protagonistas para convertirse en detectores de mentiras humanos infalibles (es una serie, después de todo), pero es interesante que muchos de los conceptos que se ven ("microexpresiones" que revelan emociones ocultas, gestos inconscientes que hacemos cuando mentimos, etc.) tienen una base científica real, y muchos están basados en las investigaciones del Dr. Paul Ekman, psicólogo en quien los creadores se basaron para crear al personaje del Dr. Ligthman, quien tambien sirve como consultor científico de la serie
Una serie muy interesante, la habilidad casi preternatural de Lightman es una que muchos quisiéramos tener. Aun así, cabe preguntarse: ¿cómo interactuaríamos con las demás personas sabiendo indefectiblemente cuándo nos estan mintiendo u ocultando algo?
miércoles, 4 de febrero de 2009
El spam fuera del correo electrónico
Todos los que tienen una cuenta de correo electrónico saben muy bien lo que es el spam. Correo electrónico no solicitado, enviado en masa y completamente inútil la gran mayoría de las veces. Un estudio concluye que el 95% de todo el correo electrónico enviado el 2007 fue spam. Mas allá de la exactitud o no de la cifra, el spam es un problema real, y los mejores servicios de correo electrónico ahora (por ejemplo Gmail) son los que tienen los filtros anti-spam más precisos.
Dejando ya de lado el correo electrónico, me pregunté cuánta de la información que absorbemos durante el dia es "spam" para nuestro cerebro; información superficial sin ninguna utilidad. Creo que para nadie es novedad que estamos inmersos en una cultura de sobrecarga de información. Internet es el más claro ejemplo, pero al salir a la calle vemos anuncios de diversos productos; al encender la TV podemos ver "reality" shows, programas sobre chismes de la farándula, "info"merciales, etc; si viajamos en una combi lo más probable es que escuchemos cierto tipo de música que por algún motivo se ha hecho bastante popular. Y así...
¿Cuanto de todo es es simple ruido, información sin ningún valor intrínseco? Más aún, ¿con cuanta frecuencia nuestras relaciones humanas, interpersonales, son un eco de esa superficialidad? ¿Cuantas de nuestras conversaciones pueden ser consideradas "spam"?
Dejando ya de lado el correo electrónico, me pregunté cuánta de la información que absorbemos durante el dia es "spam" para nuestro cerebro; información superficial sin ninguna utilidad. Creo que para nadie es novedad que estamos inmersos en una cultura de sobrecarga de información. Internet es el más claro ejemplo, pero al salir a la calle vemos anuncios de diversos productos; al encender la TV podemos ver "reality" shows, programas sobre chismes de la farándula, "info"merciales, etc; si viajamos en una combi lo más probable es que escuchemos cierto tipo de música que por algún motivo se ha hecho bastante popular. Y así...
¿Cuanto de todo es es simple ruido, información sin ningún valor intrínseco? Más aún, ¿con cuanta frecuencia nuestras relaciones humanas, interpersonales, son un eco de esa superficialidad? ¿Cuantas de nuestras conversaciones pueden ser consideradas "spam"?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)